La nueva normalidad

Una nueva normalidad. Es lo que nos repiten desde hace ya muchos días y lo que todos tratamos de entender y asimilar. Mucha higiene, protección con guantes y mascarillas, distanciamiento social…, son palabras que han entrado en nuestra cotidianidad y que van a cambiar hasta nuestra forma de ser.
La mayoría trata de adaptarse, como el ser humano lo ha hecho siempre y con la mejor manera que encontramos, que no es otra que usar el ingenio para seguir adelante y más cuando no nos queda más remedio. Pero en una sociedad como la nuestra, dónde el contacto físico, los abrazos, los besos, las reuniones y hasta las aglomeraciones, eran algo cotidiano, se nos hace difícil entender que en una buena temporada muy pocas cosas volverán a ser como antes.
Por todo esto nos cuesta trabajo vislumbrar cómo será posible volver a poner en marcha la Biblioteca, ya que las situaciones que hasta ahora eran habituales, ya no serán posibles. Tener la sala de estudio llena hasta la bandera, acceder y elegir libremente a las colecciones de libros y películas; y sobre todo, y quizás esto sea lo peor, cambiará de forma radical la manera que teníamos de interactuar con los usuarios. 
Acompañar a una persona hasta las estanterías y buscar tranquilamente el libro que le apetece leer; niños que se asomaban a tu puesto de ordenador; conversaciones tranquilas sobre lecturas, todas las actividades culturales, y otras tantas y tantas situaciones que no podrán producirse, o que tendrán que ser muy diferentes, porque lo primero es evitar riesgos.
En el caso de las bibliotecas, desde el primer momento hubo personas e instituciones que empezaron a pensar soluciones y alternativas, algunas similares a las de otros campos de la cultura o incluso de fuera de ella, pero también con ideas novedosas.
Como ha pasado en todos los trabajos, las bibliotecas han hecho un esfuerzo para adentrarse todavía más en las posibilidades que ofrece la red de internet, no sólo para teletrabajar, sino también para seguir en contacto con la gente y proporcionar información y entretenimiento gratuito, como se ha hecho siempre. En el caso de Castilla-La Mancha, el servicio eBiblio de libros gratuitos en formato digital, ha ampliado considerablemente su oferta, y además se ha puesto en marcha eFilm, para descarga de películas.
Con la celebración del Día del Libro, todas las bibliotecas se han volcado en pensar soluciones para que todo el mundo pudiera participar en distintas iniciativas, a través de las redes sociales.
Pero también es cierto que existe la llamada brecha digital, o aquellas personas que, bien por falta de recursos económicos o por falta de conocimientos tecnológicos básicos, no tienen acceso a estos recursos. Ésta situación se ha solucionado con el reparto de libros puerta por puerta, para que también pudieran tener acceso a los recursos de la biblioteca.
Tarde o temprano tendremos que reabrir, poniendo en marchas todas las medidas de seguridad y protección personal que sean necesarias, reduciendo considerablemente los aforos y como siempre con ingenio para adaptarnos, de la mejor manera posible, a esta nueva normalidad.

Si fuera un día normal

Si hoy fuera un jueves 2 de abril normal, la Biblioteca ya llevaría muchas horas abierta, y como la tarde se está poniendo un poco desapacible, con viento y lluvia, el Parque de San Gil se estaría vaciando poco a poco, y a los usuarios habituales se estarían uniendo todos aquellos que suben a refugiarse del mal tiempo. 
Por el momento del año que es, y tan cerca de las vacaciones escolares de Semana Santa, seguro que la Sala Infantil estaría llena de cartulinas, pegamento y rotuladores para los trabajos escolares de turno sobre los dioses griegos y romanos, el reciclaje, Beethoven, etc., y habría un trasiego constante hacia el Centro de Internet, hasta que al final las olvidadas enciclopedias volvieran a las mesas para solucionar en el último momento las prisas de las madres y padres para que sus hijos entreguen el trabajo a tiempo.
Los asiduos de la prensa ya se habrían leído sus secciones favoritas y estarían en el proceso de cortés intercambio de periódicos: "-Cógelo tú por favor que yo ya he terminado.. - No, no por dios que no hay prisa.....".
Las mesas deberían estar bastante ocupadas, sobre todo porque este año había oposiciones, y la gente del Instituto y de Universidad estarían dando un último repaso para no sentirse tan culpables cuando la semana próxima descansaran un poco de las clases o se fueran unos días de vacaciones. 
Nuestros lectores más habituales estarían viniendo poco a poco para hacer acopio de lecturas para los próximos días. Un poco de charla, preguntar qué les ha parecido el último libro, comentar las novedades, hacer recomendaciones o incluso ayudar a elegir a los indecisos.
Para los niños y niñas que acuden cada semana, toca reponer lecturas. Como hoy es el Día internacional del libro infantil y juvenil, tendríamos preparada una pequeña sección con las obras de Hans Christian Andersen y seguramente alguna saliera a casa de uno de esos niños.
Y en cuanto a los más pequeños que vienen con sus padres, siempre les puede la curiosidad y terminarían asomándose dentro del mostrador de préstamo para ver qué hacemos: "- Es como en los supermercados, pasamos tu carnet y el libro para saber que está apuntado a tu nombre - Vale, ¿entonces ya hemos pagado el libro?  - No, aquí todo es gratis, sólo tienes que devolverlo para que se lo lea otro niño u otra niña".
Y las horas pasan en un ambiente agradable, gente de todas las edades y con diferentes necesidades, dentro de su Biblioteca.
Ésto es muy probable que estuviera ocurriendo si fuera un día normal, así que sólo esperamos que pronto vuelvan esos días normales.
Mientras tanto todos debemos cuidarnos mucho, que ahora mismo es la mejor manera de cuidar de los demás.